Pequeña niña pequeña
Pequeña mi desventura
Pequeña como cualquiera
Pequeña no eres ninguna
Pequeña que siendo única
No eres más que mi pequeña
Pequeña no digas nada
Pequeña que me torturas
Pequeña que si te miro
Y me miras, no dices nada
Pequeña que si me quieres
Pequeña no pides nada
Pequeña, luz de mi vida
Pequeña, tuya mi alma
Pequeña tú luz, mi espejo
Pequeña sin ti ¿qué soy?
Pequeña sin ti soy nada.
1
Me contaron que Nikki había nacido dos años antes de llegar a vivir con nosotros. Y también me contaron que después de su llegada la vida en mi casa cambiaría. Ambas cosas estaban correctas pues, Nikki llegó teniendo dos años apenas, y llegó para cambiarnos a todos.
Había nacido producto de una violación, la madre tenía –gracias al cielo- creencias religiosas que impidieron que le diera muerte antes de terminar el embarazo, pero no lograron hacer que olvidara la tortura de la cual había sido victima y causa de la llegada al mundo de Nikki, así que tan pronto como naciera había decidido mandarla a una casa hogar.
No tuvo que hacerlo por cuenta propia, pues el embarazo se complicó – cosa que me contaron también- y antes de que Nikki naciera la vida de la madre ya había terminado. Quedando entonces ella sola y sin nadie que la cuidara... de hecho, en realidad se había quedado sin nadie que la quisiera cuidar, tanto por las condiciones tras las cuales nació, como las complicaciones que hubo durante su nacimiento, nació con fórceps.
Se le diagnosticó un retraso mental y autismo en menor grado, se dijo que tendría deficiencias severas en el aprendizaje y que probablemente su inteligencia no pasaría de la de un niño de 7 u 8 años. Esto motivó a los familiares de la madre a aumentar su repugnancia y rechazo contra de la pobre criatura, la cual no tenía culpa de los factores de su nacimiento.
Sin embargo, esto no desmotivó a mis padres, que tres años después la encontraron en una casa hogar, bautizada bajo el nombre de Verónica, por haber nacido el día 9 de Julio, día en que se conmemora a la santa.
Al verla mis padres, que nunca antes habían adoptado a un pequeño, decidieron que tenía que ser ella aquella que trajera luz de nuevo a la casa. Mi hermana menor Lara acababa de fallecer debido a una enfermedad crónica. Fue entonces, apenas unos meses después, que mis padres decidieron no dejar que la tristeza los abrumara y, en vez de eso, tratar de ayudar a algún otro niño que pudiera necesitar de todo ese cariño que originalmente debía pertenecer a Lara.
Para ese entonces yo contaba con escasos nueve años, durante los cuales, al ser el hijo menor, se me había tratado de manera consentidora por mi hermana mayor María, y mis padres. Fue entonces cuando llegó Lara, la cual atrajo todas las atenciones, incluyendo la mía; pero la desgracia que trajo su perdida nos arrebato llanto a todos; y a mi una mezcla de tristeza nostálgica con un poco de alivio al saber que durante por lo menos algún tiempo mas yo seguiría siendo el pequeño de la casa... ese tiempo tan solo fueron meses, pues poco después llegó Nikki a nuestro hogar, adoptando el apellido familiar y atrayendo de nuevo toda la atención, exceptuando esta vez la mía, era simple y totalmente injusto.
Pequeña mi desventura
Pequeña como cualquiera
Pequeña no eres ninguna
Pequeña que siendo única
No eres más que mi pequeña
Pequeña no digas nada
Pequeña que me torturas
Pequeña que si te miro
Y me miras, no dices nada
Pequeña que si me quieres
Pequeña no pides nada
Pequeña, luz de mi vida
Pequeña, tuya mi alma
Pequeña tú luz, mi espejo
Pequeña sin ti ¿qué soy?
Pequeña sin ti soy nada.
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Me contaron que Nikki había nacido dos años antes de llegar a vivir con nosotros. Y también me contaron que después de su llegada la vida en mi casa cambiaría. Ambas cosas estaban correctas pues, Nikki llegó teniendo dos años apenas, y llegó para cambiarnos a todos.
Había nacido producto de una violación, la madre tenía –gracias al cielo- creencias religiosas que impidieron que le diera muerte antes de terminar el embarazo, pero no lograron hacer que olvidara la tortura de la cual había sido victima y causa de la llegada al mundo de Nikki, así que tan pronto como naciera había decidido mandarla a una casa hogar.
No tuvo que hacerlo por cuenta propia, pues el embarazo se complicó – cosa que me contaron también- y antes de que Nikki naciera la vida de la madre ya había terminado. Quedando entonces ella sola y sin nadie que la cuidara... de hecho, en realidad se había quedado sin nadie que la quisiera cuidar, tanto por las condiciones tras las cuales nació, como las complicaciones que hubo durante su nacimiento, nació con fórceps.
Se le diagnosticó un retraso mental y autismo en menor grado, se dijo que tendría deficiencias severas en el aprendizaje y que probablemente su inteligencia no pasaría de la de un niño de 7 u 8 años. Esto motivó a los familiares de la madre a aumentar su repugnancia y rechazo contra de la pobre criatura, la cual no tenía culpa de los factores de su nacimiento.
Sin embargo, esto no desmotivó a mis padres, que tres años después la encontraron en una casa hogar, bautizada bajo el nombre de Verónica, por haber nacido el día 9 de Julio, día en que se conmemora a la santa.
Al verla mis padres, que nunca antes habían adoptado a un pequeño, decidieron que tenía que ser ella aquella que trajera luz de nuevo a la casa. Mi hermana menor Lara acababa de fallecer debido a una enfermedad crónica. Fue entonces, apenas unos meses después, que mis padres decidieron no dejar que la tristeza los abrumara y, en vez de eso, tratar de ayudar a algún otro niño que pudiera necesitar de todo ese cariño que originalmente debía pertenecer a Lara.
Para ese entonces yo contaba con escasos nueve años, durante los cuales, al ser el hijo menor, se me había tratado de manera consentidora por mi hermana mayor María, y mis padres. Fue entonces cuando llegó Lara, la cual atrajo todas las atenciones, incluyendo la mía; pero la desgracia que trajo su perdida nos arrebato llanto a todos; y a mi una mezcla de tristeza nostálgica con un poco de alivio al saber que durante por lo menos algún tiempo mas yo seguiría siendo el pequeño de la casa... ese tiempo tan solo fueron meses, pues poco después llegó Nikki a nuestro hogar, adoptando el apellido familiar y atrayendo de nuevo toda la atención, exceptuando esta vez la mía, era simple y totalmente injusto.
Autor: Jorge Quinto Ruiz
3 comentarios:
Mis recuerdos de Verónica.
La primera parte de una novela de mi amigo Jorge Quinto, quien me ha dado la oportunidad de adelantarme un poco en conocer la historia.La trama gira alrededor de una niña con déficit cognitivo, contada desde la perspectiva de un familiar cercano. Una novela corta pero diferente a muchas. Esta primera parte nos sienta el inicio de una historia llena de humanismo y que refleja a la naturaleza humana en varias de sus facetas. No qusiera adelantarme en la historia, sólo espero que disfruten leerla, tanto como yo lo hice.
Un aplauso Jorge.
Nuevamente esto comienza a emocionarme, por alguna razón nos hemos dispuesto (nótese que los mismos de siempre) a escribir y publicar en este pequeño espacio; sólo que esta vez dando rienda suelta a nuestros mas sublimes pensamientos. No tienen idea lo valioso y extraordinario que es encontrar amigos tan talentosos como ustedes chicos.
Sobre la novela de Quinto, mi estimado Jorge, debo decir que espero leer lo que sigue con la misma espectativa de siempre,pues la forma en la que escribes siempre tiene un sello peculiar. Me encantaría ahora leer algo de Mauricio talentosísimo amigo(no sólo en tu blog) o de Eve.
El aplauso creo yo va dirigido a Julio que como siempre (no sé como le hace) pero nos termina juntando para crear cosas como estas.
Servida estás, Jackie de mi corazón...
Orale, Pahtli Reloaded!
Welcome to the dessert of the real...
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